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La Huaca Cao Viejo, ubicada en el complejo arqueológico El Brujo en Magdalena de Cao, en La Libertad, es uno de los temp ...
La cultura mochica ha sorprendido por sus prácticas funerarias complejas. Entre los descubrimientos más destacados está ...
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Jose Ismael Alva Ch.
Arqueólogo Residente
El Complejo Arqueológico El Brujo, localizado en el valle bajo del río Chicama, fue escenario de la ocupación de distintas sociedades de época prehispánica, colonial y republicana, siendo además repositorio de una serie de evidencias que dan cuenta de la interacción entre diversas culturas desde hace de 14 000 años.
En esta prolija historia cultural, alrededor del 900 d.C., la fachada principal de la huaca Cao Viejo, un importante templo mochica, fue utilizado como un cementerio tras el abandono del edificio. El patrón de enterramiento, los tejidos que envolvían los cuerpos inhumados y las distintas ofrendas de este cementerio exhibían un estilo técnico y decorativo diferentes a las sociedades precedentes, con cercanas similitudes al estilo desarrollado por el reino Lambayeque en el valle homónimo, localizado a 150 kilómetros al norte del Complejo Arqueológico El Brujo.
Conocemos como Lambayeque o Sicán a una serie de pueblos que, entre los años 750 y 1375 d. C., construyeron centros ceremoniales y políticos en las explanadas boscosas y de cultivo ubicadas entre los ríos La Leche, Lambayeque, Reque y Zaña. Herederos de una sostenida economía básica de recursos agrícolas y pesqueros, las elites lambayeque consolidaron su posición social en la actividad metalúrgica vinculada al cobre arsenical y el acceso bienes exóticos como el spondylus y esmeraldas (Shimada 1995), logrando tener así influencia en otros valles vecinos.
En 1586, el clérigo y cronista español Miguel Cabello de Valboa registró que los pueblos nativos de Lambayeque recordaban que siglos antes llegó a sus costas un personaje legendario, de nombre Naymlap en compañía de Ceterni, su esposa principal, y de varias concubinas. Naymlap estaba al mando de una flota de balsas que provenían de la “parte suprema del Piru” y contaba con cuarenta oficiales a su servicio. Entre ellos se encontraban:
Los navegantes se asentaron en el delta del aquel entonces conocido río Faquisllanga. Este señor traía consigo un ídolo de piedra verde llamado Yampallec, cuyo nombre significaba figura y estatua de Naymlap. Dicha imagen fue colocada en el interior de un palacio que sirvió como su morada. Tras la muerte de este gran señor, su séquito enterró su cuerpo en secreto y difundió entre los pueblos del valle que el Naymlap tomó vuelo con sus alas hacia un lugar desconocido.
Las investigaciones arqueológicas han definido que, antes de la expansión del Estado Chimú ocurrida en 1375 d.C., los Lambayeque producían finos textiles y objetos de metal y de cerámica con la ubicua representación de un personaje humanizado con tocado o corona y portando lujosos ropajes y plumas. En la mayoría de los casos, este personaje posee una posición central y destacada mientras es flaqueado por las figuras de mujeres y felinos. El llamado “Huaco rey” o “Dios Sicán” se configuran como las imágenes estandarizadas de un personaje que transita entre el plano terrenal y divino. Paloma Carcedo (2016) ha identificado que la constante en estas imágenes evoca a un ancestro con cualidades de deidad, puesto que los personajes representados portaban las típicas máscaras mortuorias que se fijaban en el área del rostro de los fardos de la élite lambayeque. De esta manera, los objetos eran los medios que comunicaban las jerarquías y el poder de los ancestros ejercía para legitimar la posición privilegiada de sus linajes.
La historia prehispánica es basta y compuesta por la presencia de una diversidad de pueblos con sus costumbres propias y en contante dinámica. Lambayeque fue una de las últimas sociedades preincas de la costa norte peruana y capaz de aprovechar adecuadamente sus recursos naturales y humanos. Las jerarquías establecidas por la élite lambayeque se sostenía en elaborados discursos de ancestralidad y emblemas de poder. Sin embargo, el intensivo estudio arqueológico sobre asentamientos de élite y, especialmente, comunidades de menor rango social, nos brindará mayores detalles y mejor comprensión de las complejas relaciones económicas, sociales y políticas de este antiguo reino.
Bibliografía
Cabello Valboa, Miguel
1951 Miscelánea Antártica. Una historia del Perú Antiguo. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Carcedo, Paloma
2016 Personajes de elite en la orfebrería Sicán: deidades, linajes y ancestros. En A. Aimi, K. Makowski, E. Perassi (Eds), pp. 117-212. Lambayeque. Nuevos Horizontes de la Arqueología Peruana. Milano: Ledizioni.
Shimada, Izumi
1995 Cultura Sicán. Dios, riqueza y poder en la costa norte del Perú. Lima: Fundación del Banco Continental para el Fomento de la Educación y la Cultura, Edubanco.